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Disponibilidad de un sistema: qué es, cómo se calcula

Disponibilidad de un sistema: qué es, cómo se calcula y en qué se diferencia de las métricas de confiabilidad

La disponibilidad de un sistema es un indicador que sirve para evaluar la probabilidad de que un activo esté disponible para su uso cuando sea necesario. Descubre cómo calcularlo

La eficiencia de un sistema de producción depende en gran medida de la cantidad de tiempo que las máquinas pueden funcionar correctamente y sin problemas.

Para evaluar el rendimiento de las instalaciones, las empresas y los profesionales del Facility Management pueden contar con la ayuda de algunos importantes índices de rendimiento. Entre ellas, las llamadas indicadores de disponibilidad que tienen como objetivo determinar el nivel de operatividad de los activos.

Antes de mostrarte cómo calcular estos indicadores de mantenimiento, te recomiendo que confíes en el potencial de un programa GMAO para monitorear las condiciones de funcionamiento de tu equipo. El uso de este sistema te ayudará a obtener información actualizada en tiempo real para evaluar la disponibilidad de tus activos, y te proporcionará el apoyo que necesitas para planificar, monitorear y administrar cualquier actividad de mantenimiento.

Qué es la disponibilidad de los sistemas

La disponibilidad de un sistema es un indicador utilizado en el mantenimiento para medir la cantidad de tiempo, expresada en porcentaje, en que un activo puede ser utilizado para la producción.

El cálculo de este índice de rendimiento es de fundamental importancia para todas aquellas empresas que basan su actividad en el uso de instalaciones y maquinaria más o menos complejas. De hecho, la evaluación de la disponibilidad permite cuantificar la probabilidad de que un sistema no esté averiado o no sea sometido a intervenciones de reparación en el momento en que es necesario utilizarlo.

Para ser considerado «disponible» un activo debe cumplir con las siguientes tres condiciones:

  • garantizar una correcta funcionalidad, es decir, no estar fuera de servicio por trabajos de inspección o reparación;
  • garantizar la operatividad normal, operando en las condiciones previstas (por ejemplo, a una velocidad determinada) para alcanzar el objetivo preestablecido;
  • ser fácilmente utilizable cuando sea necesario para no interrumpir los programas de producción.

 

Disponibilidad de un sistema: qué es, cómo se calcula

Monitoreo de los indicadores de mantenimiento

Por qué es importante el seguimiento de la disponibilidad

La medición de la disponibilidad permite a las empresas determinar si sus sistemas son capaces de prestar los servicios esperados y si el potencial de producción está maximizado.

Evaluar con precisión este parámetro y saber cómo responder adecuadamente a él puede tener un impacto significativo en los beneficios de la organización. Cuando la disponibilidad es alta, significa que los equipos pueden permanecer en funcionamiento el mayor tiempo posible al máximo rendimiento, lo que se traduce en un aumento general de la eficiencia, la productividad y los ingresos.

La disponibilidad de los recursos puede verse afectada por varios factores. Entre estos encontramos sin duda la fiabilidad, de la que hablaremos más adelante en el artículo, y la mantenibilidad, que mide la capacidad de mantener o restaurar un equipo a su estado normal de funcionamiento en el menor tiempo posible. Dado que estos dos factores dependen, a su vez, de las estrategias de mantenimiento adoptadas, la evaluación de la disponibilidad también es fundamental para:

  • estudiar y medir la eficacia de las prácticas y programas de mantenimiento existentes;
  • detectar los problemas de forma proactiva.
  • identificar oportunidades para una mejor planificación del mantenimiento (ya sea preventivo o correctivo);
  • proporcionar la información y las herramientas necesarias para abordar los incidentes de manera adecuada.

¿Cuál es la diferencia entre disponibilidad y fiabilidad?

Los conceptos de disponibilidad y fiabilidad a menudo se utilizan indistintamente en el mantenimiento, pero en realidad tienen un significado completamente diferente.

Las métricas de disponibilidad sirven, de hecho, para cuantificar el porcentaje de tiempo durante el cual un sistema está realmente disponible para su uso, considerando los intervalos en los que el activo está inactivo porque está defectuoso, o está sujeto a reparaciones o simple mantenimiento de rutina.

En otras palabras, la disponibilidad puede considerarse como un parámetro que tiene en cuenta la totalidad del tiempo de inactividad de un sistema, tanto los programados, necesarios para realizar el mantenimiento programado y las inspecciones relacionadas, como los no programados, debido a la ocurrencia de fallas, interrupciones repentinas y fallas inesperadas.

La confiabilidad de un activo, a diferencia de la disponibilidad, representa la ausencia de tiempo de inactividad no planificado y se refiere a la probabilidad de que un sistema pueda funcionar sin fallas, en condiciones operativas normales durante un período de tiempo preestablecido. Un equipo puede, por lo tanto, definirse como “fiable” si funciona según lo previsto cada vez que tiene que ser utilizado.

Para entender mejor la diferencia entre disponibilidad y fiabilidad, podemos remitirnos al ejemplo siguiente: un activo que nunca falla y no está sujeto a un tiempo de inactividad no planificado durante el período de observación, puede considerarse 100% confiable; sin embargo, el mismo sistema podría proporcionar una disponibilidad del 90% si cada hora de cada diez está inactivo para permitir la realización de inspecciones de rutina y mantenimiento programado.

Diferencia entre disponibilidad y confiabilidad

Diferencia entre disponibilidad y confiabilidad

Cómo calcular la disponibilidad de un sistema

En la medida de la disponibilidad entran en juego dos componentes esenciales:

  • el tiempo de funcionamiento del activo, es decir, el tiempo total que el equipo en cuestión está realmente funcionando y operativo;
  • la suma total del tiempo de actividad e inactividad del sistema, calculada en función del tiempo de inactividad planificada y no planificada.

Para evaluar la disponibilidad de un activo, simplemente divides los dos componentes de acuerdo con la siguiente fórmula, expresando el resultado en porcentaje:

Disponibilidad del sistema =

Tiempo de actividad


Tiempo de actividad + Tiempo de inactividad

x 100

Por ejemplo, supongamos que desea calcular la disponibilidad de una cinta transportadora que haya funcionado correctamente durante 120 horas en una semana. Supongamos que durante este período el activo ha sufrido dos fallos que han requerido respectivamente 10 y 20 horas para su reparación (igual a 30 horas de inactividad total). Aplicando la fórmula vista anteriormente, la disponibilidad de la cinta transportadora será igual a:

Disponibilidad =

120


120 + 30

x 100=80%

Método alternativo para calcular la disponibilidad

Un procedimiento alternativo para calcular la disponibilidad es utilizar los indicadores de mantenimiento que midan los índices de avería y revelen los efectos de las averías en el tiempo de actividad de los equipos, es decir.

  • el Mean Time Between Failure (MTBF), que describe el tiempo medio de funcionamiento de un activo entre dos fallos reparables;
  • el Mean Time to Repair (MTTR), que se refiere a la cantidad de tiempo que se tarda en reparar un activo.

Una vez evaluados estos dos indicadores de rendimiento, la fórmula que figura a continuación basta para determinar la disponibilidad de los equipos considerados:

Disponibilidad del sistema =

MTBF


MTBF + MTTR

Cómo mejorar la disponibilidad de los sistemas

Cuando en una empresa los equipos útiles para la producción no están disponibles en el momento adecuado, se vuelve fácil incurrir en una serie de problemas que pueden causar retrasos, interrupciones, desperdicios e inconvenientes de varios tipos. Asegurar un buen nivel de disponibilidad es, por lo tanto, una condición esencial para garantizar el éxito de una organización.

Para que el nivel de disponibilidad de los equipos sea elevado (de media, superior al 90%), es importante adoptar estrategias adecuadas que prevean:

  1. el desarrollo de procesos de diseño basados en la predicción de las modalidades de fallo, que permitan, ya en la fase de creación de los activos, eliminar los posibles errores;
  2. la mitigación de los riesgos, mediante la implementación de un análisis de la criticidad que tenga el objetivo de identificar con mucha antelación las consecuencias derivadas del mal funcionamiento de los sistemas;
  3. el seguimiento constante de los parámetros relativos a las tasas de fallo y a las condiciones de funcionamiento y utilización de los equipos;
  4. la optimización de los programas de mantenimiento preventivo, para reducir las posibilidades de error y evitar tiempos de inactividad no planificados;
  5. la creación de protocolos estándares destinados a resolver con mayor eficiencia y eficacia los problemas encontrados.

Para implementar de la manera más sencilla y eficaz las estrategias que acabamos de describir, déjate apoyar por un programa GMAO, un sistema centralizado y en la nube que te permitirá controlar todos los aspectos relacionados con el mantenimiento, y te proporcionará información siempre actualizada y fiable que te ayudará a desarrollar las acciones necesarias para aumentar el nivel de disponibilidad de tus equipos.

 

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